La escala de valores, o la declaratoria de valores, es un aspecto fundamental que desarrollan y formalizan las familias empresarias para lograr crecimiento y progreso empresarial.
Por medio del Consejo Familiar, logran constituir acuerdos trascendentales que se insertan en el protocolo familiar, el cual es elaborado para guiar el pensamiento, la decisión y la conducta en el presente y futuro, y también para fijar posiciones como familia, respecto de situaciones complejas – entorno VUCA – y así afrontar con éxito, los diversos desafíos propios de la realidad actual.
Conseguir esto en armonía y sin mayor apremio, es posible. Para ello, la familia deberá actuar con franqueza y sinceridad a fin de reconocer no solo los valores que actualmente forman parte de su cultura familiar-empresarial; sino que también deberán identificar aquellos valores anhelados o pendientes de conquistar, sin que ello desmerezca los valores logrados actualmente por la familia.
Si bien, una rama de la literatura especializada en Empresas Familiares fomentan declarar un decálogo de valores – los que actualmente describan mejor a la familia – también podemos señalar sobre la importancia de incluir en dicha declaratoria, aquellos valores que, ciertamente por ahora, no reflejarían plenamente la cultura de la familia.
Por ello, enfatizamos la idea de considerar como un hito importante, incluir aquellos valores que la familia anhela, porque los reconoce como necesarios y buenos para la familia y la empresa. De lo contrario, sería como restarle trascendencia a la búsqueda del crecimiento personal, al propósito de progreso y el desarrollo, y así también, negarnos la posibilidad de engrandecer aún más, el espíritu de superación siempre inherente en el empresario.
“Visualizarse como familia siendo partícipes de valores aún no conquistados, es algo bueno, ya que ayuda a sus integrantes a apoyarse mutuamente en trabajar juntos, para la incorporación de nuevas creencias, hábitos y per sé, nuevos paradigmas”.
Compartimos un ejemplo para ilustrar a qué nos referimos. Según una encuesta nacional realizada por Perú21 e Ipsos, en julio 2024; los peruanos reconocemos haber incorporado a nuestra identidad, nuevos elementos que nos distinguen, tales como: 1.- Nuestra cocina y gastronomía con 49%; 2.- La cultura y el arte con 41%; 3.- La historia con 31%; 4.- La música con 19%; 5.- El emprendedurismo con 12%; 6.- El modo de ser de la gente con 10% y otros(*); bien podríamos pensar, metafóricamente en incluir lo antes señalado a nuestro Escudo Nacional constituido por solo 3 ámbitos y ampliarlo a 9 ámbitos o más. Si ello fuese posible, idealizaríamos un mayor potencial a nuestra cultura, y sin duda también a nuestra identidad peruana.

Siguiendo esta metáfora, queremos transmitir que los valores conquistados más lo valores por conquistar, consolidan una mayor identidad, lo que aplicado al asunto tratado fortalece la identidad y crea una reserva necesaria para enfrentar mejor el futuro.
Deseando haber despertado el interés sobre el tema, les comparto una lista de valores:
Alegría, altruismo, amabilidad, amistad, amor, autenticidad, autonomía, bondad, caridad, colaboración, compasión, compromiso, confiabilidad, confianza, cooperación, determinación, dignidad, diálogo, disciplina, empatía/sensibilidad, equidad, esfuerzo, esperanza, fidelidad, franqueza, generosidad, gratitud, honestidad, honor, humildad, independencia, integridad, justicia, lealtad, libertad, misericordia, paz, perdón, perseverancia, prudencia, reconocimiento (gratitud), reciedumbre, respeto, responsabilidad, sencillez, sensibilidad, serenidad, servicio, sinceridad, solidaridad, superación, tolerancia, trabajo, unión, pertenencia, valentía y verdad.
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